“Llamadas por vocación a la santidad, amamos a Dios sobre todas las cosas con el deseo constante de configurarnos Cristo a través de la gracia del Espíritu Santo” (Constituciones, 73)
Vivimos nuestra vida espiritual a través de: vida litúrgica, Eucarística, escucha de la Palabra, oración personal y comunitária, contemplación de Cristo en su pasión, contemplación de la Virgen de los Dolores, devoción a la beata fundadora, devoción a San Camilo, examen de conciencia y experiencia de perdón, retiros mensuales y anuales.