Biografía
Beata María Domenica Brun Barbantini
Fundadora de las Hermanas Ministras de los Enfermos de San Camilo
Lucca, Italia | 1789–1868
Infancia marcada por la fe y el dolor
María Domenica nació el 17 de enero de 1789 en Lucca, en la región de Toscana, Italia. Fue la segunda de siete hermanos, criada en un hogar profundamente cristiano. Su padre, un guardia suizo, falleció cuando ella tenía apenas 12 años, dejando una huella indeleble en su corazón. Esta pérdida temprana, seguida por la muerte de tres hermanos, la llevó a una madurez precoz y a una comprensión profunda del sufrimiento humano.
Matrimonio breve, maternidad esperanzadora
A los 22 años, se casó con Salvatore Barbantini, un comerciante de telas. Su matrimonio, aunque lleno de amor, duró solo seis meses: Salvatore murió repentinamente de un paro cerebral, dejando a María Domenica viuda y embarazada. El nacimiento de su hijo Lorenzo fue un rayo de esperanza en medio del dolor. Sin embargo, el niño falleció a los 8 años, sumiendo a su madre en una nueva y profunda tristeza.
Transformación del dolor en vocación
Estas tragedias no la quebraron. Al contrario, la llevaron a consagrarse al Cristo Crucificado y a dedicar su vida al servicio de los enfermos. Comenzó visitando a los más necesitados en sus hogares, sin importar las condiciones adversas ni los riesgos personales. En 1819, fundó la Pía Unión de las Hermanas de la Caridad, bajo la protección de la Virgen de los Dolores, y en 1829 estableció el Instituto de las Hermanas Oblatas Enfermeras de Nuestra Señora de los Dolores.
Fundación y carisma
Su obra se centró en asistir a los enfermos y moribundos, reconociendo en ellos el rostro sufriente de Cristo. En sus palabras:
“Cuando vayan a los enfermos, recuerden que están asistiendo a un Dios humanizado y expirante sobre la cruz.”
En 1852, su congregación fue oficialmente integrada a la Orden de los Camilianos, adoptando el nombre de Ministras de los Enfermos. Durante la epidemia de cólera de 1855, sus hijas espirituales atendieron a los afectados portando la cruz roja de San Camilo, símbolo de entrega y compasión.
Últimos años y legado
A pesar de las enfermedades y dificultades, María Domenica nunca abandonó su misión. En 1866, enfermó gravemente pero se recuperó por intercesión de San Camilo de Lelis. Finalmente, falleció el 22 de mayo de 1868, a los 79 años, con una sonrisa serena en el rostro, reflejo de una vida entregada al amor y al dolor redentor.
Beatificación
El 7 de mayo de 1995, el Papa San Juan Pablo II la proclamó Beata, reconociendo su vida como modelo de caridad heroica, humildad profunda y transformación del sufrimiento en amor.

